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El profesor Juan Carlos Güichapane y los estudiantes Tomás Vásquez y César Lemus, representantes de la Escuela Pedro Pablo Lemaitre de Punta Arenas, forman un equipo innovador y entusiasta por la educación y la tecnología.

Ellos son los creadores del proyecto «La acidez de la fruta expresada en notas musicales», proyecto que fue diseñado a partir de los talleres de innovación educativa que imparte Fundación Telefónica en dicha capital regional.

Específicamente, César y Tomás participaron el año pasado en los talleres, mientras cursaban octavo básico, en los que idearon este proyecto y en el que Fundación Telefónica los apoyó desde la capacitación en el uso del software de programación Scratch hasta el apoyo para el desarrollo del marco teórico del trabajo.

Durante 2015, este proyecto recorrió ferias científicas en diferentes ciudades, en las que fue reconocido y premiado.
Lograron el primer lugar en la 45º Feria Científica Nacional Juvenil organizada en el Museo de Historia Natural; en la Feria Científica del Saint George’s College recibieron el Primer lugar en la categoría 7° y 8° básico.
Ganaron la categoría Ciencia y Tecnología en la Feria Científica Explora – Universidad de Magallanes, lo que les permitió participar en el Congreso Nacional de EXPLORA en Valparaíso, representando a su región.


Fueron premiados en la Feria Científica EXPLORA en Puerto Natales y en la Feria Científica Tecnológica de la Universidad de Santiago, en donde compitieron a la par con proyectos de enseñanza media y obtuvieron el Primer Lugar.
En la Feria Escolar Provincial de Ciencia y Tecnología de Lanco (Valdivia) no sólo fueron premiados, sino que además fueron nombrados visitas ilustres.

Para 2016, César, Tomás y Juan Carlos fueron invitados a una feria científica juvenil en Ecuador y otra en Brasil.

Por todos estos logros obtenidos, la Municipalidad de Punta Arenas los nombró Ciudadanos Destacados en la categoría Juvenil.

Juan Carlos, César y Tomás visitaron Fundación Telefónica el viernes 8 de enero y aprovecharon de realizar una visita guiada por la exposición “ALMA, explorando nuestros orígenes cósmicos”.

La experiencia educativa de jóvenes innovadores
La Escuela municipal básica Pedro Pablo Lemaitre de Punta Arenas cuenta con una matrícula de 800 estudiantes. A pesar de no contar con grandes recursos, hasta ahora se destacaba por algunos logros a nivel local en los ámbitos deportivos y científicos.


En ese contexto, Fundación Telefónica comienza a impartir los talleres de innovación educativa a profesores y estudiantes de dicho establecimiento en 2015.
El proyecto de César y Tomás nació en un taller que se impartió en la asignatura de Informatica, con capacitaciones para aprender qué es Arduino y cómo usarlo, a cargo de los relatores Javier Bravo y Guillermo Cáceres, junto al acompañamiento de Sebastián Saavedra.

De estas capacitaciones surgieron las bases para armar este proyecto científico tecnológico, que consiste en relacionar el pH de las frutas con las notas musicales, a través de una placa Arduino. De esta manera, las frutas con pH más alto, es decir las con menor acidez, representan notas más graves; mientras que las frutas más ácidas (con pH más bajo) entregan notas más agudas.

Juan Carlos trabaja hace 15 años en el colegio. Es profesor de castellano, jefe de UTP de la escuela y profesor jefe de César y Tomás. Como responsable en el colegio del programa EXPLORA de Conicyt, cuenta que estos talleres entregaron los conocimientos necesarios para desarrollar trabajos a mayor escala, ya que los proyectos que ellos presentaban sólo abordaban temáticas de medioambiente o ecología (humedad, plantas, especies) pero sin algún aspecto novedoso. Tras los talleres, pudieron sumar el aspecto de la innovación tecnológica, lo que les dio el plus a nivel nacional.

Durante la feria científica en Puerto Natales, uno de los jurados les sugirió sumar contenidos científicos a los tecnológicos que tenían. De esta recomendación nació la medición del pH y la conductividad eléctrica de cada fruta. También aumentaron la muestra a mayor cantidad de frutas.

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“Con el piano podemos incluir el área de la música, la informática, la química y la física. Y es un gran aporte para presentarlo en las diferentes clases de ciencias, ya que son materias más complejas de entender”, dice César. “Las notas musicales todos las conocemos, es fácil de entender y a la vez dinámico e interactivo para el público”, agrega Tomás, quien comenta que para poder armar el piano tuvieron que investigar y aprender materias que ni siquiera han visto en clases: “Nos quedábamos después de clases, trabajamos sábados y domingos, pero por lo menos tiene su fruto el esfuerzo”.

“Nosotros como escuela, como directiva, como profesores, estamos muy contentos, muy orgullosos, porque en los 62 años de vida del colegio en la comuna es primera vez que obtenemos tantos logros científicos. Somos una escuela municipal y hemos llegado tan lejos. Esto nos demuestra que se puede”, comenta Juan Carlos.
El trabajo arduo de César y Tomás motivó a otros profesores de la escuela a sumarse. Así, los profesores de Matemáticas, Música e Informática, por ejemplo, aportaron con sus respectivos conocimientos para mejorar y potenciar el proyecto, incluso en la redacción de los contenidos o en la expresión oral para que los chicos lo explicaran de manera clara en las respectivas ferias.

El trabajo que hizo Fundación Telefónica con los talleres repercutió en todo el establecimiento, en donde ahora tienen la idea de seguir avanzando en la innovación tecnológica, dice Juan Carlos. “Como escuela nos motivamos y postulamos a nuestro colegio para tener enseñanza media, para tener continuidad en el trabajo con ellos y con todos los demás estudiantes. Porque el sello que le queremos dar a nuestro establecimiento, además de lo deportivo que se destaca, es la parte científica cultural, que para nosotros era más lejano. Ellos han sido el motor de todo esto y a la escuela se le han abierto muchas puertas”, comenta.

Competencias del Siglo XXI


Tal como en toda la línea de trabajo educativa de Fundación Telefónica, César y Tomás no sólo recibieron los conocimientos respecto a la tecnología educativa en los talleres, sino que además adquirieron otras habilidades.

“Antes de este proyecto yo no manejaba muy bien la tecnología, me costaba usar los celulares que son más modernos, y esta experiencia me ha ayudado a adaptarme a los cambios que surgen en la tecnología. Donde viví mis primeros años, cerca de Puerto Montt, no había tanta disponibilidad de acceder a tecnología. Por eso me ha ayudado bastante. También me ayudó a saber en qué área me desempeño mejor”, cuenta César. Agrega que lo que más lo motivó del trabajo fue que se entretenía midiendo el pH o la conducción eléctrica, y que esos conocimientos además le servirán para la enseñanza media. Planea además seguir estudios superiores en el área de las ciencias o las matemáticas.

“Crecí en muchos ámbitos: poder expresarme en cualquier lugar, explicar un proyecto. También desarrollé el pensamiento crítico: ahora cualquier cosa la podemos cuestionar y podemos hablar del tema”, cuenta por su parte Tomás. A diferencia de César, sus intereses van por el área humanista: “La ciencia me gusta, pero es un hobbie, me gusta más el humanismo porque no tiene una sola respuesta, tiene muchos caminos para llegar a una respuesta”. Respecto a su carrera profesional, cuenta que le gustaría ser profesor.

“Ellos han crecido como personas, en la parte académica, han aprendido a trabajar bajo presión, a recibir críticas por su trabajo, a ser responsables. Han aprendido también a organizar sus tiempos, sin descuidar su familia, lo deportivo. Nosotros consideramos que ellos ya están preparados para enfrentar una enseñanza media y más allá. Ya tienen la película bien clara. Tanta presión académica que tuvieron a su corta edad no cualquier joven lo asume. Adquirieron habilidades más allá de lo meramente técnico. Nosotros como profesores valoramos mucho ese aspecto”, destaca Juan Carlos.


El Primer Salón de Innovación Educativa, que se realizó en Punta Arenas el 20 y 21 de noviembre de 2015, fue un escenario en el que pudieron demostrar estos aprendizajes. Allí, César y Tomás presentaron su trabajo al público visitante, quienes con mucho interés preguntaban acerca del piano y planteaban más interrogantes que luego ellos debían resolver.

“En la región estamos atrasados con la innovación tecnológica. Faltan recursos y motivación. Estamos llenos de pizarras interactivas pero no hay capacitación para el profesor. Hay una brecha enorme”, dice Juan Carlos.

A lo que Tomás agrega: “Yo destaco que Fundación Telefónica partió con estos talleres en una región, no todo es tan centralizado. Si la Fundación se interesó por un lugar tan remoto como Punta Arenas perfectamente se puede hacer en todas las regiones de Chile, no sólo en Santiago”.

Uno de los desafíos para 2016 para Juan Carlos, César, Tomás y toda la comunidad educativa es poder formar vínculos con otros colegios para compartir estas experiencias en tecnología educativa, para potenciar su desarrollo y seguir mejorando su rendimiento académico.

Durante este año, además, esperan saldar una deuda: presentar finalmente el proyecto en su propio colegio.

Una idea puede cambiar un colegio: la experiencia de la Escuela Pedro Pablo Lemaitre
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